jueves, 24 de marzo de 2011

24/03/02011: Crónicas Guaraníes IV


Anoche nuestros gentiles anfitriones nos invitaron a cenar a un restaurante típico: El Ciervo Blanco. El lugar es un gran galpón con mesas y sillas de madera muy sencillas, 3 pantallas gigantes y un escenario.
La comida consistió primero en una entrada de chorizo, morcilla, sopa paraguaya y chipá guazu. La primera aclaración, para los que no lo sabían, es que a pesar de su nombre, la sopa paraguaya no es una sopa, es una especie de budín hecho con harina de maíz, queso, cebolla y huevo. Y para los que creían que no había diferencia con el chipá guazu,la aclaración que me hicieron a mi; la receta es semajante nada mas que el chipá se hace con choclo molido. Todavía estoy decidiendo cuál es más rico. A continuación la carne, que no tenía nada que envidiarle a la mas famosa carne argentina.
Durante la cena tuvimos un espectáculo en vivo: un arpista que interpretó música folklórica local, así como del resto de latinoamérica para agasajarnos a los comensales extranjeros; ya saben:"me cuentan que hoy tenemos gente de Argentina (aplauden los de Argentina) y de Uruguay (aplauden los uruguayos, etc.). Durante un tiempo lo acompañó una pareja de bailarines, siendo el punto alto de la presentación la danza de la botella: en ésta la bailarina va apilando sucesivas botellas en la cabeza, en este caso, hasta alcanzar la cantidad de cinco (me cuentan que pueden llegar a ser ocho).
De nuevo, no pude evitar sentir verguenza por adelantado, imaginando cuando nos toque ser anfitriones en un año y no llevemos a esta gente tan amable ni siquera a comer un choripán a la costanera.

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