18/04/2011: Todo tiempo pasado...

Mariano cuenta que le tocó viajar en colectivo con miembros de la hinchada de Boca. Los fanáticos invitaban a los pasajeros a integrarse a los cánticos, con joviales interpelaciones a sus hombrías. Mariano dudó en unirse: entraron en conflicto su pasión boquense con el temor de ser increpado por abandonar a sus compañeros cuando le tocara bajarse.
Una señora les recordó a los simpatizantes xeneises que el lugar adecuado para alentar al equipo era la cancha y no el colectivo y curiosamente no sufrió ninguna consecuencia. Diría Mariano: "la barra brava ya no es lo que era: hace unos años a esta señora la tiraban por la ventanilla"

Como corresponde, Matías también tiene una anécdota de transporte automotor. Nos cuenta que siendo adolescente y estando de vacaciones en Villa Gessell, le tocó compartir el colectivo en el que se dirigía a bailar, con un grupo de jóvenes revoltosos, que no atendieron la orden del chofer de dejar importunar al resto del pasaje. El chofer, luego de varias advertencias procedió a cerrar la puertas y encaminar su unidad a la comisaría para darle una lección a los díscolos muchachos. Una vez en la seccional, en tono militar, permitieron retirarse a las mujeres y a los varones, los fueron llamando de a uno. El primero en ser
convocado fue Matías, al grito de "Vení, vos, Rosita" en alusión a su pullover marca Benetton, de color coral. El apodo lo acompañó por nos cuantos años, nos confiesa.

Nos extraña ver a Santiago (militante vegetariano, como saben nuestros lectores asiduos) comer un menú de Burger King. Ante nuestra mirada curiosa aclara que se trata de una milanesa de soja.

Frase del día I: "Eso está asqueroso, no?"
Frase del día II: "Te imaginás si les aclaro que es coral, me sodomizan ahí mismo!"