"Más vale tortilla dura que hambre pura" (dicho mexicano).
Después del terrible incidente de la tortilla, tuvimos que bajarle la persiana a la parrilla y retornar sin más a la monolítica panadería. En el trayecto Mariano mira de refilón al parrillero y realiza en medio de la vereda una profunda reverencia como símbolo de paz.
El parrillero se muestra indiferente y sigue en lo suyo. Mariano, desorientado ante el desaire, sube la apuesta, ingresa en la parrilla y sin vacilar suplica de rodillas el perdón.
María Laura y Claudia lo salvan de su humillante genuflexión y lo arrastran hasta la panadería.
El parrillero ante tamaña demostración hace un gesto austero pero inequívoco de reconciliación.
Estamos salvados.
2 comentarios:
Soy el único que llenaba de propinas cuantiosas la charola del parrillero.
Nooo, mi querido Mati...yo también.estudiados gestos y estrategias sobre cuando conviene,antes o después de si conviene ruidosas monedas o un silencioso billetico
Decí que son de velez...
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